[OPINIÓN] Os ofrecemos íntegro el artículo de opinión firmado por la secretaria general de LAB Garbiñe Aranburu y la secretaria de Enseñanza Irati Tobar:
El modelo educativo juega un papel fundamental en la definición del modelo social, y el sistema educativo actual tiene mucho que mejorar. En esta dirección, en la CAV, valoramos positivamente que se haya incluido en la agenda política la necesidad de un nuevo pacto educativo y se haya abierto el debate.
Damos mucha importancia al papel que debe jugar la comunidad educativa. No olvidemos que el Departamento de Educación de la CAV en 2017-2018 optó por otro tipo de acuerdo, que satisfizo a las patronales y desoyó la voz de las trabajadoras y los trabajadores. Desearíamos que no se repitieran los errores de entonces. Tenemos claro que el nuevo pacto educativo debe ser resultado de consensos entre los diferentes agentes educativos.
Hace tres años hicimos pública nuestra reflexión, bajo el nombre de Iruten. En la construcción de un sistema educativo propio y soberano para Euskal Herria, hay que superar tanto el actual sistema dual como los modelos lingüísticos impuestos. Apostamos por acabar con la concertación universal, es la base del modelo dual, y por una nueva forma de entender lo público, con una única red de escuelas comunitarias en pueblos y barrios, y la denominamos Escuela Vasca Pública Comunitaria. Financiada íntegramente con dinero público, para todas las familias, y que garantice en su totalidad el proceso educativo desde el nacimiento.
Definíamos una serie de requisitos para que los centros formen parte de esta red única: modelo de inmersión lingüística en euskera, laicismo, inclusividad (frente a las segregaciones), currículo vasco, pedagogía feminista, gratuidad real y total, contrataciones basadas en la igualdad, el mérito y la capacidad y un modelo de gestión transparente y participativo, entre otros. En cuanto a su organización, defendemos una estructura descentralizada, reivindicada por la izquierda desde los años 80. El Ayuntamiento o la Mancomunidad ostentarían la gestión de la educación de 0 a 18, así como la titularidad de los centros; y la comunidad educativa, por su parte, sería el sujeto del proyecto educativo.
En el camino hacia el sistema educativo propio, decíamos, se pueden y deben tomar medidas para acabar prioritariamente con toda segregación, por origen, clase, raza, lengua, género, religión o capacidades.
Entonces parecía que eso no era posible. Y hoy escuchamos a los partidos políticos, con matices significativos, hablar tanto de conceptos similares como de un nuevo pacto educativo. En este debate, las principales exigencias de LAB en cuanto a la organización del sistema educativo se resumen en dos ideas:
1. Acabar con la concertación universal. Para garantizar la gratuidad real y evitar toda segregación, son necesarias planificaciones a nivel municipal con la comunidad educativa de cada municipio. Asimismo, deben definirse y garantizarse los objetivos a cumplir en todos los centros con financiación pública. Con una red única en el horizonte, dar pasos hacia una titularidad compartida en el caso de las escuelas con personalidad jurídica propia.
2. Aumentar la inversión en educación (al menos el 6% del PIB). Dotar a la escuela pública de recursos suficientes (personales, materiales, de formación e infraestructuras), estabilizar y consolidar al personal y descentralizar la organización y participación en las escuelas. La escuela pública debe dejar de ser de segunda.
No hay educación de calidad sin condiciones laborales de calidad, por lo que en cuanto al personal, para LAB será imprescindible:
-El reconocimiento de todos los trabajos educativos, especialmente los feminizados y precarizados. Hay que acabar con las privatizaciones y subcontrataciones.
-La estabilidad y consolidación de las plantillas, la formación continua (prioritariamente, estrategias de euskaldunización; programas de inmersión escolar del alumnado inmigrante; coeducación e innovaciones pedagógicas), la reducción de las ratios y cargas de trabajo y medidas de conciliación.
-Adecuar las RPTs en los diferentes colectivos, garantizar su perfil lingüístico y hacer aflorar los puestos de trabajo ocultos, y renovar por consenso los convenios colectivos, hoy obsoletos.
-Siendo el fin último la igualdad de acceso y de condiciones laborales para todo el personal, además de lo anterior: es urgente poner fin a la temporalidad en los centros públicos, llevar a cabo procesos de consolidación, modificar totalmente los modelos de OPE, impulsar planes de rejuvenecimiento, la equiparación salarial (igual trabajo, igual salario) y realizar evaluaciones de riesgos laborales y adaptaciones. Por otro lado, en las escuelas concertadas, aplicar medidas para la homologación y equiparación de las condiciones laborales del personal. Asimismo, reivindicamos la transparencia en las contrataciones, la formación, la adquisición de competencias en euskera y el rechazo de actitudes religiosas dogmáticas.
Para terminar, subrayar que es importante no tener prisa. Estamos ante un proceso que debe generar muchas complicidades y consensos; desgraciadamente, Euskal Herria ya vivió un proceso traumático. Decimos al PNV que no convierta la ley en un objetivo. El pacto educativo de hace unos años sólo ha profundizado en los desequilibrios y las discriminaciones; sabemos qué supone un acuerdo sólo con la patronal.
Partiendo de que el sistema educativo actual está agotado, para que no se repita lo ocurrido en el 93, busquen acuerdos con los agentes que conformamos la comunidad educativa. Las trabajadoras y trabajadores, por nuestra parte, aprovechemos la ocasión para avanzar en el modelo educativo que necesita este país.