LAB presenta el decálogo de medidas para hacer frente a la segregación escolar

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Hoy queremos presentar diversas medidas para hacer frente a la segregación que se da en la escuela, recogidas en el decálogo de LAB. Existen varios factores que provocan segregación, pero nos referimos principalmente a la que se produce por razones socioeconómicas; además, a menudo se cruza con el origen de las personas debido a la falta de políticas públicas que deberían fomentar la inclusión. Es bien sabido que, a causa de la Ley de Extranjería, muchas personas deben enfrentarse a numerosos obstáculos y tienen mayores dificultades para garantizar unas condiciones de vida dignas.

El tema de la segregación se ha convertido en uno de los principales problemas del sistema educativo. El sistema actual —heteropatriarcal, colonial y ecocida— provoca guerras, hambrunas y emergencias climáticas que aumentan la migración; como consecuencia, en los últimos años ha crecido notablemente el número de personas de distintos orígenes geográficos que viven en nuestro país.

A la hora de escolarizar a los hijos e hijas de estos trabajadores migrantes y de los trabajadores nacidos aquí, existen grandes desequilibrios entre centros escolares. El sistema educativo vigente ha tenido una influencia notable en ese desequilibrio. No existe una política lingüística que promueva una escolarización equilibrada y la euskaldunización. A los padres y madres que llegan no se les ofrece la información adecuada sobre la importancia del euskera ni sobre las opciones para aprenderlo, y no se les anima a matricular a sus hijos en el modelo D.

El cobro de cuotas también tiene influencia. La escuela pública —que representa el 50,8 % del sistema educativo— ofrece enseñanza gratuita, mientras que en la red concertada los centros de Iniciativa Social (39,5 %) y las Ikastolas (9 %) siguen cobrando cuotas. Algunas Ikastolas, sin embargo, han dejado de cobrarlas.

Esto tiene varias consecuencias: no solo perpetúa las desigualdades socioeconómicas, sino que también las agrava; fomenta la infrafinanciación de la escuela pública y afecta a su calidad. Además, dificulta el conocimiento del euskera y la expansión del modelo de inmersión en euskera, que es esencial para garantizar su uso.

Por otra parte, si observamos el contexto general desde una perspectiva de clase, es evidente el clima de ofensiva contra la clase trabajadora. Se crean fracturas entre los trabajadores, y el clasismo, el machismo y el racismo son sistémicos. La ola reaccionaria gana cada vez más fuerza, así como el neomachismo, la homofobia, la xenofobia y la persecución de las personas migrantes.

En ese contexto también debemos entender las agresiones euskarófobas. El euskera se encuentra en un momento muy delicado, en una situación de gravedad. La lucha contra la segregación escolar debe ser también una lucha por dar aire al euskera.

Por tanto, hay que superar los desequilibrios que se dan en el mapa escolar, ya que esos desequilibrios, además de los efectos mencionados, pueden reforzar tendencias clasistas y racistas. Por eso, desde LAB apostamos por la cohesión social, y el euskera debe ser una herramienta fundamental para la inclusión social.

Por todo ello, es urgente hacer frente a la segregación que se da en el ámbito escolar. El mapa escolar necesita una nueva planificación, tomando como eje la red pública del modelo D. Esto debe hacerse pueblo a pueblo, barrio a barrio, teniendo en cuenta la realidad local. Es necesario abordar la actual sobreoferta de plazas y dar una respuesta adecuada, reduciendo, en todo caso, las plazas que no sean del modelo D ni laicas.

Para afrontar este reto, hemos reivindicado en más de una ocasión la necesidad de un Pacto Social contra la segregación. El Departamento de Educación del Gobierno Vasco ha creado una mesa, y parece que quiere aplicar la misma metodología utilizada en la Mesa de Salud: es decir, poca claridad, escasa voluntad de construir consensos y mucha apariencia.

Según LAB, cualquier decisión relacionada con la segregación debe acordarse con la mayoría de representantes de los trabajadores, y la mesa puesta en marcha no garantiza eso. A nuestro juicio, las medidas contra la segregación deben trabajarse y acordarse también en las mesas sectoriales de enseñanza. Para LAB es imprescindible aclarar si habrá posibilidad real de hacerlo, a fin de valorar nuestra participación en dicha mesa. Queremos reglas del juego claras. No puede haber un pacto contra la segregación sin la mayoría de los trabajadores.

A continuación, presentamos el DECÁLOGO de LAB con medidas para hacer frente a la segregación escolar:

1- Cohesión social como base: la cohesión social, y con ella la igualdad de oportunidades del alumnado, debe ser determinante para la planificación del sistema educativo.

2- Escolarización y planificación descentralizada de plazas: deben desarrollarse desde los municipios. La matriculación y la planificación de plazas deben gestionarse a nivel local mediante una oficina única y vinculante.

3- Ampliar las zonas escolares ante la segregación residencial: para incluir barrios con distintas situaciones socioeconómicas y evitar reproducir en la escuela la segregación residencial que existe.

4- Baremo de matriculación unificado para todos los centros del sistema educativo: deben establecerse medidas complementarias y una baremación homologada para todas las redes y centros.

5- Garantía de laicidad: en todos los ámbitos debe garantizarse una oferta educativa laica, para que el carácter religioso no se convierta en una fuente de segregación.

6- Garantizar la oferta de enseñanza en euskera: se necesitan medidas para que no conviertan el euskera en un elemento de segregación, sino de inclusión. El sistema de modelos lingüísticos niega a muchos alumnos y alumnas la posibilidad de aprender y vivir en euskera y conocer la cultura vasca; por eso, en cada zona de influencia debe existir una oferta suficiente en el modelo D.

7- Ampliar las plazas públicas del modelo D: en caso de fusiones entre escuelas públicas, no puede haber pérdida de plazas del modelo D. Se necesita una planificación para ampliar las plazas públicas en dicho modelo.

8- Avanzar hacia la confluencia: continuar la lucha por una escuela vasca pública comunitaria nueva y única. Una red pública única, nueva, propia, soberana, euskaldun y descentralizada, basada en el Currículum Vasco, la gratuidad, la laicidad, la inclusión, la equidad, el modelo de inmersión en euskera y la pedagogía feminista.

9- Unidad de auditoría: publicar de forma transparente las cuentas de todos los centros escolares y establecer un control público de las mismas.

10- Negociar y acordar con los y las trabajadores las medidas contra la segregación y las normas relativas a la escolarización y planificación del alumnado.

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